Gala…
Yo no sé de pintura ni de realidades, yo sinceramente me la vivo practicando con las cuerdas de una guitarra que no sé tocar, a veces me deprimo y rompo en llanto, ese llanto que tanto parece molestarte. Esto de vivir de letras no suele ser fácil, somos demasiado sensibles y cuando nos entregamos, sólo Dios sabe todo lo que regalamos.
Yo sólo quiero que me entiendas, que mires en mis lágrimas niña mía, una lucha ganada y una victoria declamada, yo sólo busco que sin más esfuerzo que el de mis pupilas tu descubras que mi vida es tu vida, yo sólo te quiero a ti y a veces parece que eso no es tan relevante.
Quisiera que esta noche me regalaras una de las pocas frases de amor que brotan de tus labios para sentirme nuevamente dichosa de querer despertar y que tú te encuentres entre mis brazos, hace mucho no escribo en verso, pero por ti me aviento a las prosas aunque sienta que naufrago.
Me duelen los sentidos, las esperas, los ocasos, deberías saberlo ya que tanto me has amado.
Mi voz es el amor que te profeso, mi religión no tiene que ver con santos ni con esos supuestos dioses a los que muchos les entregan hasta su limitado sustento, mi religión es relatarte entre metáforas cuanto necesito de uno de tus gestos.
Yo no sé escribir cartas ni lo intento, yo no sé ser mortal y no me arrepiento, yo la mayoría del tiempo no tengo el impulso para reír pero desde que te conocí me has hecho morir a carcajadas múltiples veces y tú sabes de aquella sonrisa que te parece tan peculiar. Yo sólo sé que te amo y con eso me ha bastado todo este tiempo para escribir, para dejar de hacerlo, para renovarme y entregarte sin altibajos absolutamente todos mis silencios, con eso ha bastado mi amor para decirte nuevamente luego de tantos momentos que te adoro con cada una de las células que abarrotan mi cuerpo.
Yo no sé de pintura ni de realidades, yo sinceramente me la vivo practicando con las cuerdas de una guitarra que no sé tocar, a veces me deprimo y rompo en llanto, ese llanto que tanto parece molestarte. Esto de vivir de letras no suele ser fácil, somos demasiado sensibles y cuando nos entregamos, sólo Dios sabe todo lo que regalamos.
Yo sólo quiero que me entiendas, que mires en mis lágrimas niña mía, una lucha ganada y una victoria declamada, yo sólo busco que sin más esfuerzo que el de mis pupilas tu descubras que mi vida es tu vida, yo sólo te quiero a ti y a veces parece que eso no es tan relevante.
Quisiera que esta noche me regalaras una de las pocas frases de amor que brotan de tus labios para sentirme nuevamente dichosa de querer despertar y que tú te encuentres entre mis brazos, hace mucho no escribo en verso, pero por ti me aviento a las prosas aunque sienta que naufrago.
Me duelen los sentidos, las esperas, los ocasos, deberías saberlo ya que tanto me has amado.
Mi voz es el amor que te profeso, mi religión no tiene que ver con santos ni con esos supuestos dioses a los que muchos les entregan hasta su limitado sustento, mi religión es relatarte entre metáforas cuanto necesito de uno de tus gestos.
Yo no sé escribir cartas ni lo intento, yo no sé ser mortal y no me arrepiento, yo la mayoría del tiempo no tengo el impulso para reír pero desde que te conocí me has hecho morir a carcajadas múltiples veces y tú sabes de aquella sonrisa que te parece tan peculiar. Yo sólo sé que te amo y con eso me ha bastado todo este tiempo para escribir, para dejar de hacerlo, para renovarme y entregarte sin altibajos absolutamente todos mis silencios, con eso ha bastado mi amor para decirte nuevamente luego de tantos momentos que te adoro con cada una de las células que abarrotan mi cuerpo.
