miércoles, 22 de julio de 2009

Bene...


Bene…

Cada vez que jugabas con tus letras
un abismo interminable de vida y muerte sucumbía entre mis tinieblas,
entre mi amor eterno y entrañable,
entre lo que fuiste y lo que deseo ser cada vez que te leo.
Sabes a donde estoy,
lo sabes y no es justo porque yo no tengo idea de tu paradero,
tan solo sé que beso las portadas de tus libros
y es lo que me quedó de ti viejo,
me quedó ese sabor (sinsabor), esa lágrima
y la espera desesperada del encuentro.

Buen viaje maestro.

sábado, 4 de julio de 2009

Si a mi me pidieran describir el amor…


Si a mi me pidieran describir el amor…

Claro, podría describir el amor de muchas maneras, ambiguas, grandes, pequeñas, solitarias, abstractas, pobres, ricas, aburridas, embravecidas…
El amor, el amor.
Si a mí en lo personal me pidieran describir el amor, me echaría una carcajada, no de esas de burla ni de felicidad, no de esas sarcásticas ni de probabilidad.
Sería una de esas carcajadas en las que el alma llora la completa incompletitud del aparentar.

Yo pediría que no te enamores, pero que no dejes de amar.
Si caminas por las calles observarás mil amores que no son amor, mil besos que son pura pasión a medias, de esos besos que te quedas viendo porque son mas lengua que sentimiento, mas caderas que entrega.
No es que yo sepa mucho de amor, jamás sabré de amor, pero si volteas y miras una sonrisa de complicidad posándose sin alardear, si caminas y observas dos cuerpos físicamente separados (sin tanta mano, tanto abrazo, tanta exhibición) estoy segura, completamente de que allí hallarás amor.

¿Cuántos poetas nos hemos frustrado durante infinitas madrugadas debido a que nuestras parejas no son la musa perfecta, ni el encanto en las mañanas?, la mayoría, por no decirte que todos.
Me sumo a todo esto porque el amor en su tiempo ha sido la palabra que me ha provocado más miedo, te juro que he llorado y no porque no ame, más bien porque nací con esa maldición de amar demasiado, nunca a medias, siempre todo en cantidades inimaginables y es una carga que no me quiero quitar de encima, es eso que llevo dentro, tan dentro que me hace escupir frases maldiciendo el sentimiento.

Yo le escribo al amor todo el tiempo, pero eso no quiere decir que todo sea risa, encanto, pasión y acercamiento, conlleva tragedias, infelicidades temporales, noches largas de espera, camas vacías y palabras horribles entre enojos sin fundamento. Y si me preguntan cual es mi secreto, mi secreto es la tolerancia y la aceptación, aunque admito que eso nunca es suficiente en el amor.

Si a mi me pidieran describir el amor, me echaría una carcajada, no de esas de intriga ni de afirmación, sería una de esas carcajadas en las que por fin explique que aunque duele es mi mas extraña salvación… por mas irreverente y estúpida que sea mi descripción.



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