viernes, 4 de junio de 2010

A Bene...


Se dice que detrás de los andamios,
siempre hay alguien pidiendo la tregua,
alguien que se instala entre romances reales y de papel,
alguien que se oculta tras las soledades de babel.
Se dice que tras el rostro de vos se ocultan mil melancolías,
desencuentros, vientres inoportunos
y ángeles de la guarda cargados de fatiga.

A mi me preocupan poco los amores modernos,
entre ustedes y nosotros hay mucha dicha acumulada,
pero también muchos tramites, herencias de por medio
y patrañas mal formuladas.

Yo no sé absolutamente nada del amor,
siempre me toma por sorpresa, con la misma persona,
a deshoras, pero siempre a tiempo,
la misma persona que me mostró que la mejor táctica es la espera
y la mejor estrategia el amor sencillo y sin recetas.

De que me sirve darle canciones a quien no canta,
si a la mañana siguiente va a huir por la ventana de la ignorancia,
de que me sirve, repito, vivir a ras de sueño,
si cada vez que lo confieso soy simplemente una ladrona de momentos.

Una madrugada cualquiera, la primavera con una esquina rota,
me ataco por la espalda, impidiendo que declamara a los mortales
tu palabra y mi palabra, fue allí cuando te pedí marchar,
cuando entendí que debíamos emprender el viaje de salida,
mas no me dejaste, me obligaste a escribirte mi vida.

Hoy me encuentro aquí, con mis instantes de oficina,
llorándome por dentro mis ilusas emociones,
que para ti son grandes, pero para las gentes... tú entiendes.
No estuve contigo en el Salón de los Pasos Perdidos,
pero estoy contigo en vida y eternidad,
estoy contigo entre almuerzo y dudas,
entre la muerte y otras sorpresas
y que cierren las puertas, que me cierren el alma,
porque hoy quiero estar sola, completamente sola,
con mi rostro de vos, que nunca mira a otra parte,
que siempre observa fijamente mis despistes y mis franquezas,
mi otra yo y aquel parque desierto en el que siempre logro hallarte
y sonreírte, con y sin nostalgia.
Pero contigo, haciéndome siempre preguntas al azar,
afirmándome que existir todavía para mí
sigue siendo una necesidad, pero por hoy permíteme
que te acompaño a descansar.
.

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