martes, 24 de febrero de 2009

Ana Frank


Hola pequeña, hace mucho no te escribo, no es porque no quiera pero ya sabes, el tiempo se me reduce cada vez más, siento que con respecto al trabajo he llegado a una etapa en la que ya no se deja de madrugar, en la que ya no soy más una niña sino una adulta con sus pagos, sus deberes, sus responsabilidades con todo y con tanto, eso me entristece, no soy la misma que podía mirar televisión, escuchar música sin pensar en que tan elevado está el volumen, ya no me da tiempo de nada y te me has ido con el tiempo a como se me han ido muchas cosas que he perdido, a como se me han escapado de las manos situaciones que por cansancio no puedo mejorar y no entiendo.
Ahora me arrepiento más que antes, ahora soy más sensible, ahora desearía más que nunca una segunda oportunidad porque esto de hablar sin saber expresarme me tiene agotada.

He deseado renunciar, hace unos minutos me dieron una noticia que desalentó mi decisión, quiero vivir como antes Ana, yo no quiero crecer, aun no. Deseo disfrutar sin todas las restricciones que tiene la vida, quisiera amar más, besar más, abrazar más, quisiera que mis amigos dejen de sufrir por amores tardíos y que descubra que no todas las relaciones tienen que fracasar porque la mía es realmente de esos amores perpetuos. Tengo corazón, vida y cuerpo para que cada instante sea una hermosa eternidad. Quisiera disfrutar mas de las tardes, poder salir a caminar, escribir, dormir, hablar, quisiera despertar cuando ya ha salido el sol, ducharme en las tardes, quisiera pasar mas tiempo recordando en mi cama pero aquí estoy Ana, agotada, con sueño y poca disposición, yo siempre te decía que nunca seria de esas personas que duermen, trabajan y vuelven a dormir y mírame, ni siquiera sé que es lo que debo hacer.

Esto a veces, te confieso, es desesperante, el día se hace eterno y el humor es cambiante, la gente no es tan agradable luego de estar diez horas entre cuatro paredes, intento despojarme como ahora que te escribo pero de igual manera los minutos no pasan y yo quiero caminar lejos, muy lejos de este lugar.

Desearía que me pagaran por escribir o por imaginar, desearía que me dieran una bonificación por repartir buenos consejos o por decirles de que color quiero que sea el cielo, sigo siendo una niña aunque todo esto indique que ya estoy en edad para hallar un camino distinto, quiero escribir, escribirte, escribirles, escribirle y que eso sea suficiente para pagar mis cuentas y sonreír… para vivir, vivir, vivir y suspirar.


domingo, 15 de febrero de 2009

...Rutina...


Gota a gota llueve el alma y a como dicen, cuando llueve lamentablemente todos se mojan,
de recuerdos, de esperas, de necesidades, de ti, de mi, de estadías temporales y de palabras que se fueron y que yo creo hasta el día de hoy indispensables.

Y es que cuando te llueve siempre me mojas, me dices, te callas, me marcho, te marchas y yo a veces deseo no volver, pero vuelves y volvemos, porque te amo y me amas, pero cuando llueve… tú y yo nos mojamos, irremediablemente… y la mayoría del tiempo llueve a cantaros…

Cada vez que te digo que no puedo más me ignoras, no dices nada y a la mañana siguiente te comportas como si nuestro amor fuera el mismísimo canto de las golondrinas, como si todo esto que llevo dentro fuera una catapulta de emociones irreales y me ahogo, me ahogas.

Ya no soy la misma, a veces no me permites sentir, ni hablar, a veces ya ni siquiera sé quien eres, ni quien soy…

Es temporada de reencuentros, de acentos y llamadas a distancia,
es temporada de palabras, de risas y no de este llanto indefenso,
es temporada de ser y de estar,
es el momento indicado para distorsionar esta inmunda rutina
y si no es temporada para ti, puedes ir buscando a alguien que no te quiera y que no quieras como a mi…

Por mi parte no quiero salvarme de tan hermosa dicha, de tan agradable realidad.

jueves, 12 de febrero de 2009

Antes de amarte...


Nací con el corazón fragmentado,
con los miedos elevados y con la tristeza bien colocada en cada paso,
vine al mundo aterrada y no tardaron en hacerme sentir desterrada,
descubrí que la belleza siempre se viste de tormentos,
las sonrisas siempre de lágrimas y las ausencias de costumbre.

Te veía venir y en ese instante preferí vendar mis ojos,
cerrar las puertas y reforzar los caparazones de mi alma,
te veía entrar, fluyendo por debajo de las quimeras y a través de las rutinas,
te empujaba y al hacerlo solo tomabas mas impulso para entrar,
necesitaba pensar que me dolías y sin embargo, me abarrotabas de alegría.

Mis emociones se esforzaban para no gritar,
mis pies me reprochaban al avanzar y a cada instante te precisaba más,
mis manos palpaban suavemente las cicatrices y las heridas en tu espalda,
tus manos sujetaban mi rostro distante al anochecer y mi angustia recurrente ya no exclamaba día a día “presente, aquí estaré”…

Antes de amarte vida mía debiste sin duda alguna advertirme lo que vendría,
antes de secarme el llanto necesitaba saber que tu no me harías llorar,
antes de levantarme te hubieras molestado en pensar que una vez mas no me podía caer,
antes de adorarte debí asegurarme de que tu lo supieras hacer,
antes de esperarte debí averiguar si tu me esperarías.

Antes de amarte lo pensé, pero cuando te amaba lo ignoré…
Me matarías, tú me matarías también…


“Vida, mi vida, que has hecho de mi vida?”…



domingo, 8 de febrero de 2009

El pasado muere de frío...


Allí te pienso,
bajo las linternas de todo aquello que creemos escondido,
bajo la plenitud que despierta mis sonrisas,

Bajo todo,
bajo nada,

Allí, en el medio del abismo te apoderas de mi alma.

Este amor no se oculta,
es visible en el aire, en la guerra y en la tregua,
danza con la primavera y es claro como el primer beso que le arrebatamos a los sentidos,
este amor somos tu y yo en cada gesto,
en cada caricia y en cada risa que resalta tus mejillas,
y en cada una de las lágrimas de dicha que se apodera de mis días,
basta con mirar el verde de tu mirada apoderándose de mi mañana para entender que este amor lo es todo…

en medio de la nada…

jueves, 5 de febrero de 2009

...Arrebato...

Saetas ensangrentadas vuelan por cielos desconocidos,
ángeles caídos, sentimientos aplastados,
corazones moribundos y el mío agoniza entre tus manos,
no basta con sostener la ira,
no es suficiente si necesito exprimir tantas caricias,
necesito tomar tu cuerpo y quebrarlo,
hacerlo mío y luego desecharlo…