jueves, 18 de noviembre de 2010

Me gusta...


Me gusta sentirte en cada calada, mientras inhalo y exhalo ese cigarrillo a media madrugada, me gusta desear tus brazos mientras la brisa eriza mi piel, mientras te recuerdo antes de que el día comience a nacer.

Me gusta fundirme en tu voz y en tu quehacer, en tu risa y en tu saludo que no soporto cuando se convierte en despedida, aunque sepa que pronto vas a volver, a inundarme de ti, de ti, ay Dios, de ti.

Me gusta cuando imitas mis berrinches desastrosos y me obligas a entender que me entiendes aunque no me sepas entender, porque has aprendido que se me acumularon los miedos y de vez en cuando sólo busco correr.

Me gusta cuando amanezco en ti, tan radiante y alentada aunque nunca te lo sepa decir, tan querida y dichosa aunque sólo lo pueda escribir, porque no sabes, no sabes todo lo que moría antes de que vinieras a mí.

Me gusta cuando me detienes antes de cometer el terrible error de dejarte ir, me gusta cuando me acercas y pareces acercarte sin esos cuestionamientos que desearían no saber tanto de una mujer que recientemente no hacía más que padecer los arrebatos del destino, me gusta que a veces eso se te olvide y te despojes de issues para sentir.

Me gusta cuando me sientes, tan profundamente en ti, que de pronto siento tenerte entre mis brazos, entre mis sueños, entre ese universo constelado que sueles obsequiarme, entre todo eso que me has enseñado, entre tú y una renovada yo, entre tú y una mujer que jamás pensó que volvería a sentir, entre tú, con tus dichas, desventuras, recuerdos, traumas y yo, siempre conmigo. Siempre al compás del sabor y esa hermosa satisfacción que has creado, y que con ella destruyes mi sinsabor. Tú, tú y quién soy yo para decirte que no?...

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Fotografía: Ellen Tamara Durán Wong.

viernes, 5 de noviembre de 2010

De pronto...


De pronto me vi besando tu fotografía, con la más tierna devoción,
con esa honestidad de la que te he hablado, que no conocía yo.

De pronto mi amor, me vi impaciente por ti, por tu abrazo,
por tu dulzura y tu noble inclinación por facilitarme las noches,
las agonías y el corazón.

De pronto, cuando la noche caía, me hacías perder el miedo y
la incansable desolación. Me obligabas a sonreír, a esperanzarme
con respecto al futuro, a la pasión y al inconsolable amor.

De pronto una noche cualquiera, la casualidad se poso en mi habitación
y desperté contigo en cada tejido de mi emoción, en cada derrota
que sanaste sin que te lo solicitara mi insatisfacción.

De pronto, me hiciste bailar en la oscuridad,
me provocaste reír cuando sentí no poder dejar de llorar,
me encendiste, me sedujiste despacio,
me diste la satisfacción de poder sentirme protegida,
indefensa y querida, de pronto eras tú, recordándome quien era yo,
dándome valor entre espacios devaluados.

De pronto, conociste mis defectos,
te los dije con miedo y pareciste aceptarlos sin desvelos,
porque no soy perfecta y eso parecías entenderlo.

De pronto, me veo envuelta en algo incierto,
poso mis manos en las profundidades de tu silencio,
exploto para ti, deseo llevarte adentro, muy adentro,
busco tu aroma en mis sabanas, tus labios en los míos,
busco, sabiendo que estás conmigo.

Un día, de pronto, se me ocurrirá advertirte,
que es mejor que no vengas, porque si vienes,
no querrás irte y si te vas,
morirás por volver, por tenerme, por sentirme.

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Fotografía: Carolina Jiménez.

De adentro hacia afuera...


Las madrugadas respiran algo muy similar a la esperanza,
ya no siento tanto miedo al dormir,
he dejado de sentir que duermo sola,
aunque normalmente me sigo aferrando a una almohada llena de recuerdos, de inconformidades y contratiempos.

Las madrugadas tenían un aroma a infelicidad acumulada,
a traumas de infancia, a culpa y a un miedo terrible a la soledad.
Siguen teniendo ese aroma, únicamente que en la actualidad,
también huelen a futuro y también sin duda alguna portan
ese no sé que, ese no sé donde, ese no sé cuándo,
que me emociona, me instala cual Atalaya y me
indica que la madrugada funciona cuando caduca el alma.

Duermo poco, pero ahora duermo bien, ya no tengo tantas pesadillas,
ya no despierto con el mal sabor de no entender lo que sucede,
cuando ya no existe capacidad de sostener, de suponer,
de justificar y cuestionar. Ya no existe esa manía absurda de reconquistar.

Últimamente, me aferro a mis libros subrayados,
al jazz de media noche, a las pasiones acumuladas,
a las fantasías sin cumplir,
a la desesperación hermosa que se posa sobre las novedades y el blues,
a Benedetti a flor de piel y a mi llanto en cada frase,
en cada letra posada sobre el papel.

Deseo unos labios que parecen ser inalcanzables por las tardes,
pero jamás utópicos, deseo unas piernas accesibles e insaciables,
deseo una voz penetrante y sin fronteras,
un alma libre, un tesoro descifrable,
siendo amante a la antigua, le deseo incansablemente sin idealizarle.


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Fotografía: Carolina Jiménez.

sábado, 30 de octubre de 2010

Exiliada...


No me siento del todo adecuada para hablar de emociones,
constantemente siento la prisa por rescatarme de los sentimientos
adecuados o inadecuados, pero al fin y al cabo sentimientos.

Me siento agotada, tengo la imperiosa necesidad de volver a la normalidad,
de sentir la estabilidad y la conciencia de antes, sin embargo,
me sigo agitando con tantos pensamientos de los que no quiero ser dueña.

A veces me siento sola, otras veces siento tanto amor que debo abstenerme,
porque a como lo afirmo constantemente, no puedo sufrir más ni menos,
simplemente no puedo sufrir, no me puedo ilusionar, no quiero malograr
un corazón noble, siento que ya no quiero nada de este mundo ,
ni de su gente acostumbrada a ser básica y banal.

Necesito la grandeza de sus ojos, la cercanía de su piel, la
honestidad de su tacto, sus ganas de ser fiel,
necesito que impregne en mi alma la frescura del océano,
que me llene de verde y de risa, creo saber quién es, pero a veces prefiero
no saber, a veces prefiero escapar porque me sabe conmover,
y yo repito que una vez mas no puedo perder,
pero esto no es una guerra, aquí nadie es más ni menos culpable,
esto no es una guerra y yo debo mentalizarme.

Desearía poder perfumarme el alma y los recuerdos, desearía poder ubicar
mi mirada en un horizonte adecuado, desearía ser yo, pero no dejo de
sentirme exiliada de mi propio cuerpo.
Necesito maquillarme un amor de invierno.

Hoy me siento aterrada por mis fantasmas, bombardeada por mis issues,
intranquila, sentimental y acostumbrada a sentirme abstracta. Hoy no
sé que siento, no sé que quiero, no sé, de verdad siquiera sé que necesito, tanta
gente y soledad, tanta gente y yo que siquiera les permito abrazar mi ligera integridad.

Hoy me siento insana, hoy deseo huir de mi misma para no escucharme,
mañana será otro día y debo acostumbrarme, las múltiples heridas a veces
nuevamente se abren...
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Fotografía: Carolina Jiménez.

viernes, 29 de octubre de 2010

Ángel…


Yo no entiendo cómo es que los colores de pronto, sin explicaciones coherentes se apagan, mi amor, yo no entiendo cómo es que mientras otros ríen, tú te encuentras postrada en una cama.

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Jenny:

Yo empecé a escribir esto antes de que todo esto sucediera sabes, los colores, las pocas explicaciones coherentes, todo eso que yo no quiero comprender.
Me detuve entre letras, para acelerarme mentalmente, recordarte y reírte, me detuve entre letras mientras preparabas tremendo viaje.

El día esta opaco, hace frio, no desearía vestir con tanta oscuridad, hace poco, muy poco iniciábamos un vuelta al sol adicional y no es justo sabes, me siento enojada y triste, impotente pero acostumbrada a la mala práctica de labores profesionales, me siento frustrada y nadie puede cambiar eso.

Hoy estoy llena de preguntas, estoy tan decaída que prefiero pensar que es cansancio, no te imaginas todas las cosas que se me vienen a la mente, posibles soluciones utópicas, hasta se me ocurre que sea una inútil broma pesada, porque así soy siempre, emocionalmente soy vulnerable a cualquier mal, pero esto, esto no tiene nombre.

Yo no comprendo estas cosas sabes, o más bien creo que no las quiero comprender, no sé cómo explicarte como me siento, esto es algo pesado, inaceptable, duro, irracional, yo desearía haber podido tener la capacidad de salvarte, aunque los demás dicen que ya te has salvado de las desventuras de este mundo, mas yo no puedo escuchar absolutamente nada en este instante.

La muerte se asomo y tu intentaste ahuyentarla, pero la desgraciada es tan impredecible y abusiva, es tan banal, no me le quito el sombrero, pero le guardo silencio, porque no la soporto, no la concibo, no la defiendo... No.

Hoy mi pecho está abarrotado de tormento, quiero pensar que estás bien, quiero sentir que esto es un proceso normal de vida, quiero entender por qué te sucedió a ti si pudo sucederle a alguien que no amara la vida, quiero, te juro que yo quiero captar, aceptar, respetar y no ser tan egoísta,
pero hoy, hoy no tengo esa capacidad y no sé si en algún momento la podre tener, pero mi primer paso es despedirme de ti. Despedirme con todo este miedo, con toda esta confusión, con toda esta rabia que se aloja en lo más insondable de mi corazón, despedirme y entender que no puedes volver, pero despedirme con la esperanza firme de volverte a ver, abrazarte fuerte, besar tus manos, y mirarte bien a como no logre hacerlo aquella vez.

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Fotografía: Carolina Jiménez.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Breathe Me...


"Que está creciendo el rio y se desborda del caudal"
Edgar Oceransky.



Cuando las intenciones se agrandan el alma se ensancha,
suelo abandonar la capacidad de reacción cuando me logras descifrar
luego de suponerme sin nada que temer,
suelo abstenerme por no demostrar debilidad, porque no quiero perder.

La tarde es larga, debo admitir que estos brazos se mueren por sujetar
tu espalda,
debo admitir que tu voz penetra las fronteras de este ser y estar,
debo admitir que tu risa se suspende en mi ingrávido caminar.

Yo no creo en eso de regenerar emociones,
te soy sincera, tengo un hoyo inmenso,
tengo una soledad que se aloja sin piedad,
tengo una infancia inconclusa y una adolescencia accidentada,
he tenido mucho en grandes cantidades,
solamente que esas cantidades abruptas nunca,
simplemente nunca han cubierto mis verdaderas necesidades.

Realmente te confieso que estoy más desconectada que nunca,
mis sentimientos no crean comunicación con mi razón,
me dejo llevar, me dejo sentir, me dejo sucumbir,
pero no me dejo lastimar, nunca más.

Mi pretérito completamente imperfecto no sabe muy bien que decir,
mi presente simple sonríe, siempre busca sonreír,
mi futuro me sujeta a un trono de aprendizajes
y aquí estoy, en sitios en donde ya he estado repetidas veces,
tratando de recuperar la ilusión que me robaron,
buscando la forma de formarme.

Tengo una memoria llena de lagunas mentales,
un corazón que intenta mitigar el aparentar,
unas manos siempre sedientas,
una melancolía prevaleciente,
un amor insondable,
una mirada ajustable.

Tengo una reputación dudosa,
un carácter insolente,
una capacidad admirable para ocultarme,
yo no tengo nada, te juro que no tengo absolutamente nada,
pero creo que en ciertas ocasiones puedo ser adorable,
pero estoy segura de que siempre logras disolverme,
siempre, siempre, aunque nadie te haya permitido conmoverme.
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Fotografía: Carolina Jiménez.

sábado, 14 de agosto de 2010

On Fire


"Y como ángel al cielo, me llevaste a casa (...)Y mientras tú desnudabas tu cuerpo, iba yo desnudando mi alma. Tú dejando tu ropa en el suelo, yo mis ansias al pie de la cama y de pronto apagaste mi voz, con un beso de fuego en mis labios"... Luis Ángel – 24 horas.

Deseo sujetarme a tu espalda, en plena madrugada,
mientras mis ganas se inician en tus labios,
mientras tu respiración empaña los ventanales y las horas amargas.

Deseo que te aferres a mi pecho, abusando del reloj,
destrozando con tus huellas las confusiones avaras,
impregnándote en mi alma con fuego,
agua, tierra, aire, conmigo dentro de ti.

Deseo que vistas tu piel de pasión,
que te perfumes con un veneno letal,
porque quiero morir en ti, en mi, en nuestro instante,
porque quiero que me lleves al amanecer,
mientras transformo tu madrugada,
mientras arraso con la totalidad de tu ser.

Deseo que tus creencias no se basen en amor eterno,
porque añoro rescatarte entre mis piernas,
que me atrapes con tus caderas sabor destino,
un destino ya escrito.

Deseo culminar en ti, que tiembles por fin dentro,
muy dentro y fuera de ese cielo constelado,
que te arrebata la razón entre los bordes de mi estrechez,
con tus humedades satisfechas,
con tu acento pronunciándome las más fuertes sentencias
y que mis caminos recorridos sean solo eso,
caminos indiscretos preparados para colocar sobre
tu vientre la más exquisita condena,
la mejor de tus faenas.

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Fotografia: Carolina Jiménez.

lunes, 9 de agosto de 2010

Issue...


“La madrugada me atrapa. Todo poeta sabe que cuando un romance es intenso, tiende a ser efímero, pero de igual forma se deja destruir, porque el candor es fundamental, para que surjan letras, para que surja la desdicha, la incertidumbre y la supuesta paz”…


La madrugada se parece mucho a ti, o a lo que creo que eres, tiene tus piernas, tu acento, tu risa, tus nervios, tu energía, tus pruebas superadas, tus miedos, tu descansar, la madrugada es mi issue, tú también lo eres… ya te lo dije, te permití ser madrugada y revertirlo no está bien.

La lista de pecados capitales ha aumentado a diez y que no se nos pase apuntarlo esta vez, que no se te pase incluir en tu lista de adjetivos todos aquellos que te hacen bien, que te hacen sentir, que te obligan a volver, porque la seguridad de esta edad se transportó entre años y te hizo estremecer. Te hizo comprender que un poco de todo un poco le da un buen sabor al amanecer.

Al caer la noche sé que vas a aparecer, con esos instantes titánicos a los que no he aprendido a responder, con esos malabares que sabes mantener, con tus dichosos tricks de inicios de los ochenta que funcionan bien, con ese imán entrañable que desconocías, con mis frases no recomendables que recuerdas sin saber por qué, con las futuras veintidós vueltas al planeta que he degustado con tanto placer y buscas entender, con tus emociones al por mayor y ese olor inalcanzable a coco, verbena y atardecer.

Fotografía: Carolina Jiménez.
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viernes, 30 de julio de 2010

Hallelujah...


Yo no sé mucho de edades y distancias,
debo admitir de corazón, que este stand by de emociones
me está dificultando la toma de decisiones importantes.
Yo no sé mucho de mi edad y cercanías,
se me está haciendo completamente absurdo eso
del sí y el no, a veces he necesitado vivir de probabilidades,
que vengan las estadísticas y los buenos romances,
que vengas tú y que venga aquella incertidumbre
que siempre me cuesta cara, pero que te instales en mi,
tal cual marcapasos, que hoy no te tengo miedo,
que hoy no me generan malas vibras los comentarios,
que hoy quiero vivirte, vivirte a cantaros.

La vida me debe mil disculpas, ya recibí disparos que no eran míos,
ya llore, ya sentí, ya deje de sentir y ya sentí de nuevo sin quererlo hacer.
La muerte me debe respeto, ya le huí un par de veces
y la verdad también he tenido peores retos, se puede alejar
porque tengo mucho que saborear,
en este cosmos completo de sonrisas para enamorar,
de verdades, de inspiraciones
y piernas deseosas de soñar un amanecer al lado
de este delicioso querer.

Me siento motivada pero a la vez
irremediablemente melancólica,
trato de ser mejor,
pero ese mejor suele ser el peor emocionalmente,
trato de ser sensata,
pero el sensata se me va por la espalda y me mata,
trato de ser dama,
pero el dama se convierte en una fiera que precisa
vibraciones, fuegos, tenacidad.
Trato y trato,
pero el trato y trato solo necesita paz,
el trato y trato busca un espacio vacío,
para regenerarse y meditar.

Hallelujah, ya era tiempo de resucitar.

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Fotografía: Carolina Jiménez.

jueves, 29 de julio de 2010

It could be sweet...


Me han llorado muchas veces,
entre odios, calamidades, deseos y
pasatiempos paralelos a la eternidad.

Me han llorado, bajo los mantos indispensables
de espera, sobre los fracasos insaciables
y sin ser recomendable,
te recomiendo recomendarme con tus ganas,
con tu sonrisa, con tu esperanza diluida,
con tu vida misma.

Mis labios se entre abren para gemirte
un instante bohemio, mis manos se arrastran
sobre esa sensualidad que no me permite perecer,
sobre la humedad del amanecer.

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Fotografía: Carolina Jiménez

martes, 27 de julio de 2010

Present...


La noche me atrapa, entre tonalidades abstractas, entre tu voz,
tus piernas lejanas, tu gentil constelación.
La noche abusa del tiempo y el tiempo del reloj,
la noche me roba esotérica y sensual un trozo de vida,
un fragmento de irrealidad, la noche me arrebata instantáneamente
la banalidad y me satura estos labios de infinidad.

Si bien es cierto, he muerto unas cuantas veces,
me he tropezado entre silencios embusteros
que me destrozan, que me congelan, que me atormentan.

Si bien es cierto, has muerto unas cuantas veces,
has saboreado los desencuentros, los instantes incompletos,
que te acallan, que te retractan, que te hacen volver
pacifica y perpetua, porque somos noche
y la noche siempre se desvive por aparecer,
la noche nunca deja de crecer y decrecer.

La noche me seduce incansable, como tú,
la noche es completa incompleta, como tú,
la noche es dulce e intensa, como tú
y tú eres irremediable, como la noche.
Si bien es cierto me instalo en la noche,
permito que me atrape,
le doy acceso completo a mi ser,
me dejo sentir, llevar, tener,
si bien es cierto, te permito ser noche,
si bien es cierto, me permites llevarte al amanecer,
si bien es cierto, eres presente y yo solamente viviré una vez.


Fotografía: Carolina Jiménez
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miércoles, 16 de junio de 2010

... Ciao mi cielo...


Hace vidas, cuando mi vida era tuya y tu vida la mía,
me reía de la muerte, del destino, del dolor y de mi infancia,
pensaba ganadas todas las batallas, sin saber que esta sería la más
desgastante, aterrorizante y homicida.

Te esperé todas las noches y mientras te lo escribo
mis ojos se cristalizan cargados de banalidades que no entiendo,
de verdad pensé que moriría a tu lado, de tu lado, de mi lado,
del lado en el que no existían padecimientos ni desganos.

Te esperé sabes, nunca he dejado de esperarte,
aun sabiendo que estabas a mi lado, aguardé por ti,
hoy más que nunca me instalo en la esquina de mis decepciones
intentando divisar tu posible despertar.

No sé si lo entiendes, pero te estoy hablando en pasado,
yo no sé nada del futuro, pero mi actualidad es tan seca,
antes te explicaba mi sentir, ahora sencillamente no siento,
ahora puedo decirte muchas veces cuanto te amo,
pero no tengo nada que decir si me preguntaras cuanto te amaré
entre tanta ausencia y multitud.

No me llores, sigo viva,
no me llores, nunca,
tuviste múltiples oportunidades de sujetarme
y sólo me exponías para que las noches
me atropellaran entre soledad,
no me llores, déjame llorar por ti,
yo puedo cargar de nuevo el sufrimiento de dos.

Hoy me quedo sola, injustamente sola,
nadie llenará tus espacios ni tus risas,
nadie será igual que tú, nadie será
el amor de mi vida, ya nadie,
porque me voy sola, deseando irme contigo.


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viernes, 4 de junio de 2010

A Bene...


Se dice que detrás de los andamios,
siempre hay alguien pidiendo la tregua,
alguien que se instala entre romances reales y de papel,
alguien que se oculta tras las soledades de babel.
Se dice que tras el rostro de vos se ocultan mil melancolías,
desencuentros, vientres inoportunos
y ángeles de la guarda cargados de fatiga.

A mi me preocupan poco los amores modernos,
entre ustedes y nosotros hay mucha dicha acumulada,
pero también muchos tramites, herencias de por medio
y patrañas mal formuladas.

Yo no sé absolutamente nada del amor,
siempre me toma por sorpresa, con la misma persona,
a deshoras, pero siempre a tiempo,
la misma persona que me mostró que la mejor táctica es la espera
y la mejor estrategia el amor sencillo y sin recetas.

De que me sirve darle canciones a quien no canta,
si a la mañana siguiente va a huir por la ventana de la ignorancia,
de que me sirve, repito, vivir a ras de sueño,
si cada vez que lo confieso soy simplemente una ladrona de momentos.

Una madrugada cualquiera, la primavera con una esquina rota,
me ataco por la espalda, impidiendo que declamara a los mortales
tu palabra y mi palabra, fue allí cuando te pedí marchar,
cuando entendí que debíamos emprender el viaje de salida,
mas no me dejaste, me obligaste a escribirte mi vida.

Hoy me encuentro aquí, con mis instantes de oficina,
llorándome por dentro mis ilusas emociones,
que para ti son grandes, pero para las gentes... tú entiendes.
No estuve contigo en el Salón de los Pasos Perdidos,
pero estoy contigo en vida y eternidad,
estoy contigo entre almuerzo y dudas,
entre la muerte y otras sorpresas
y que cierren las puertas, que me cierren el alma,
porque hoy quiero estar sola, completamente sola,
con mi rostro de vos, que nunca mira a otra parte,
que siempre observa fijamente mis despistes y mis franquezas,
mi otra yo y aquel parque desierto en el que siempre logro hallarte
y sonreírte, con y sin nostalgia.
Pero contigo, haciéndome siempre preguntas al azar,
afirmándome que existir todavía para mí
sigue siendo una necesidad, pero por hoy permíteme
que te acompaño a descansar.
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viernes, 14 de mayo de 2010

...Emotional Girl...


Emotional Girl:


Me ajusté a un estilo de vida contraproducente que me fue traicionando con los años, me ajusté siendo poco ajustable a las rutinas y a los encantos.
Me convertí en todo lo que mis letras odiaban y odié todo lo que mis letras amaban, yo también le propuse a la vida entregarle mis letras con tal de vivir algo verdadero, con tal de alejarme de mi propio jaleo, yo también lo hice, yo también me traicioné mil veces, hasta que me vi sin poesía, sin prosas, enamorada de cosas que muchas veces me daban igual, enamorada y desencantada al mismo tiempo.
Me enamoré, verdaderamente me enamoré, lloré de emoción, me inyecté maravillosos momentos, tuve múltiples sobredosis de pasión, a tu edad, tan cercana a la mía estaba segura de todo, tenía un futuro más que señalado, hasta que desperté una mañana, tres años después, con el corazón destrozado, con una dosis de desconcierto que no sabía manejar, me vi sola, o más bien, abandonada por mí misma y me salvaron mis letras, aquellas que le entregué sin vacilaciones a la rutina, a las atrocidades del descaro, a la fidelidad de emociones, a los tragos amargos.
Últimamente me encuentro sola, en la barra de un bar, mientras mis labios besan la boca de una botella de cerveza fría y cruda como tus mañanas, escribiéndote a cantaros, tratando de maniobrar contra la avalancha de emociones que no provocaste, pero que de pronto incitaste, porque a tu edad tan cercana a la mía, viví más de la cuenta y no me lo perdono, pero me lo agradezco.
Emocionalmente soy sumamente inocente, ni en comparación a la malicia que tengo con todo lo demás, los simples instantes me saturan de satisfacción, algo en mi se carga de alegría entre el lapso, las palabras y el licor, es allí a donde cuestiono mi satisfacción ante los días que vendrán, pero me sobran los recuerdos y he aprendido que ciertas noches no son ciclos, son eternidades que amenazan con ser finitas, a veces.
Sigo enamorada del mismo ser, solamente que ahora sin quererlo, me enamoran distintos destellos, me enamoran situaciones, voces, sonrisas, lamentos, caricias y días de la semana. Sigo enamorada de las mismas piernas, del mismo cabello, del mismo cuello, de la misma risa, de las mismas frustraciones y de los mismos recuerdos, no estoy dividida, sigo amando mi ego por mas abatido que se encuentre, sigo admirando mis necesidades y mis rechazos hacia ciertas gentes, sigo firme ante mis ciclos, mis pecados, mis tormentos, mis saludos y mis despedidas.
Pero sin duda alguna también sigo sabiendo que yo mejoro mas no cambio, sigo siendo la misma y me queda la dicha de robarte la risa, robarte el llanto, robarte una caricia, robarte una necesidad, porque también me queda la dicha de recalcarte que entre letras nadie, absolutamente nadie te ha dado, ni te dará tanto y a ti te queda sin duda la dicha de saber que tienes algo de mí, de saber que aunque busque hacerlo, no me estoy marchando y que se vayan los ciclos al carajo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Desintoxicación


Debo admitir que se me detuvo el reloj de arena interno, se me cristalizó la realidad y se me regeneró la agonía, convirtiéndose en todo eso que actúa en paralelo a los sueños, viví algo parecido a la vida, pero basta con caer del cielo, poner los talones contra el asfalto y respirar grueso, respirar si es así a como se le puede llamar a sustraer la avaricia de los mortales y de paso robar algo de afecto, algo de algo…
Debo dejar de beberte, de fumarte, de gritarte en silencio, de abrazarte con aletargo efímero, de permitir que me tomes de las manos con eternidad, definitivamente debo dejar de rebuscarte entre mis letras, entre explosiones de emociones que solamente me dirigen a desiertos de inercia.
Debo dejar el cubata, la trova, las horas, las sinfonías, debo dejarlo todo y eso no significa que desee hacerlo, pero de la forma en la que me lo enseñó Coelho, siempre hay un puente que separa lo que queremos hacer de lo que debemos hacer, y me jode tanta incertidumbre barata.
Debo dejar de sentir celos de los transeúntes, de la brisa, del espacio, de los días, de lo absurdo que es esto. Debo dejar de desear encontrarte, debo dejarte pasar, debo ignorarte y entre tanto deber me entran ganas de embriagarme y que te embriagues, de que la noche no acabe.
Y entre tanto deber, se me va haciendo tarde, pero la hora no importa cuando decido intoxicarme o desintoxicarme, por el momento me desintoxico, no vaya a ser que te sientas extremadamente relevante, porque entre duda y duda no sé perder, sólo sé adaptarme, a la vida, a los encuentros, a lo hermoso de sentirte por lapsos y a lo fácil que debe ser de hoy en adelante despojarme de tus intentos por hacer de este mundo un sitio entero, aunque muchas veces has completado el rompecabezas de desencuentros que se ha esparcido por este paso mío por el universo… Aunque muchas veces me has hecho entender lo que yo misma ignoro, por darle gusto a lo que ya ha muerto, por creer en lo que no está, por satisfacer despedidas, porque rechazo todos los intentos.
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lunes, 12 de abril de 2010

Suday…


Los días siguen transcurriendo, cada vez estoy más endeudada conmigo misma, me he quedado debiendo múltiples instantes de verdadero llanto y de verdaderas alegrías. Últimamente recorro la metrópoli, y los transeúntes siguen igual de cansados y adoloridos como hace años, últimamente me robo sonrisas, haciendo del verbo robar una acción bellísima, tan bella como cada uno de esos destellos de alegría que hurto para mi cotidiano progreso.

Tengo musa nueva, tengo aires nuevos, tengo conversaciones conmovedoras, vivencias arrasadoras, tengo de nuevo la dicha absoluta de que algo es mío, de que todo es nuestro, de que todo es de todos.
Ya sé que no tengo que hablar del futuro, pero también sé que a veces desearía regresar ciertos días para reírme a carcajadas de las desgracias que nunca esperé, cuando eran futuro, también sé que de pronto, no me estoy dando a entender.

Últimamente escribo, con el simple hecho de escribir sé que estoy sintiendo, añorando y surgiendo de las cenizas, de los amores, de los reencuentros y del destierro, surgiendo.
Yo no sé nada de la vida, yo no sé nada de ti, yo no sé nada de la muerte, yo no sé nada de las gentes, nada, en realidad te afirmo por tercera vez que no sé nada. Solamente sé que esta semana he escrito, tanto a como he querido, tanto a como no lo hacía hace mucho tiempo, tanto a como no me lo permitían los padecimientos y los reencuentros, pero este no fue un reencuentro, fue un encuentro y te agradezco, te agradezco por todo esto.
Besos eternos para ti, besos eternos para el viento, besos eternos para las casualidades de la vida y los destellos.


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domingo, 11 de abril de 2010

El amor… el amor es otra cosa cariño.


A ti:

Yo no sé con qué rapidez transcurra el tiempo entre unos brazos, que cada vez prometen ser menos extensos, me considero totalmente ignorante en ese asunto de jugar a quererse cuando el dolor tiene mucho más que admitir.
La vida pasa, no sé si te has dado cuenta, pero la vida transcurre en segundos en los que no haces más que sustituir sonrisas por dudas, amores por desamores, diversiones por inquietudes. La vida transcurre, tus ojos lo ven, pero tu alma prefiere no entender.
Es tarde, hace frío, las aves cantan como la otra noche, indicando que va a amanecer. Pero el amor es otra cosa y no puedo marcharme hasta acabar con las interrogantes colocadas sobre un tablón de melancolía.
No se puede compensar una semana horrible con una noche de pasión, no es justo eso de tomarse de las manos solamente porque la fecha indica que se cumple tiempo, no de amor, sino de tolerancia, de jugar a entenderse, de creer que le son fieles a un sentimiento que tras de que vive forzado, se ahoga a diario amordazado por las historias que te inventas para pasar desapercibida ante un tema que generara el peor de los desconciertos.
De igual forma, yo no sé nada del amor, no creas en mis enfados ni en mis suspensos, simplemente la grandeza de tu ser se achica con el tormento, simplemente tu sonrisa podría opacarse y sería una perdida terrible para el universo…
Solamente te confieso, que no sé nada del amor, pero el amor, cariño, el amor desde este corazón embustero, anticuado y perpetuo, desde este corazón, el amor y tú no son eso, el amor y tú son otra cosa, una cosa mucho más grande, mucho más esplendorosa.
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jueves, 8 de abril de 2010

En la sucursal de tu sonrisa


Si hablamos de realidades, los momentos espesos y dolorosos nos acechan, nos inquietan, nos aletargan. Cuestionamos el amor, las relaciones, los instantes, las emociones, tú entiendes, artísticamente nos ahogamos más.

Yo no sé explicártelo, no sé explicármelo, pero en la sucursal de tu sonrisa hay eternidad. La noche transcurrió como todo aquello que no nace para morir, como todo aquello que inicia sin desear acabar, como todo aquello que te aleja de la dolorosa actualidad.
Yo no sé decirte nada, solamente la verdad, no estoy en contra de la vida, estoy en contra de despertar, de regresar a casa luego de ocho horas de extrema complicidad, me opongo totalmente a eso de planear los momentos, no hubo nada que planear.

En la sucursal de tu sonrisa, conocí melodías graves, agudas, no lo sé muy bien, eres tú quien conoce de música, yo tan solo atiendo la pasión con placer, yo solamente deseo que toques una melodía que de pronto me haga renacer.

La vida, el tiempo, el licor, los cigarrillos, el aprendizaje, la risa, el llanto, la emoción y sentir que los transeúntes no existían mientras te escuchaba saber siempre que decir, mientras tus reacciones me hacían sonreír.

Benedetti me enseñó a escribirle a todo aquello que me provocara crecimiento, Benedetti me dijo luego de dejarte en casa, que yo necesitaba que me tomaran más a menudo así de las manos, las tenía frías y tú las calentaste con tu edad, tu verdad, tu emoción y tu sinfonía.

Se diga lo que se diga, siempre hay elecciones, siempre he aprendido a escuchar y callar, a hablar, a defender y sostener… Y esta noche sostengo que no es interesante comprender el por qué de la oposición de conocerte, si debo afirmarles que la vida se tropezó conmigo una noche cualquiera y yo la sujeté, la vida se tropezó conmigo y yo me estacioné en la sucursal de tu sonrisa, en donde se dice que la viola en francés con su traducción al español significa “alto” siendo ese el sinónimo de la noche, porque por una noche deje pasar a la muerte por alto, porque por una noche todas las emociones, las connotaciones poéticas y las melodías perpetuas estuvieron a kilómetros del cielo, en la sucursal, la sucursal de tu sonrisa.

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domingo, 14 de marzo de 2010

Sin pausas, sin lamentos


No existe duda, tengo un hogar, o dos,
tengo una duda, o cien,
tengo ganas agobiantes de regresarte el tiempo,
el tiempo que parece que te hice perder,
tengo ganas de que entiendas que la gente es gente,
tú y yo, somos tú y yo.
Uno de mis hogares, tiene tu nombre,
tu sonrisa, tus enojos, tus ojos.

Uno de mis hogares sin duda alguna
lleva tus piernas, tu espalda,
tus párpados hinchados en las mañanas,
uno de mis hogares, tiene tu amor,
que hoy se pausa, pero lo tiene.

Hace mucho tiempo,
juré olvidarme de la poesía, del pulitzer,
del extranjero, de ser “workaholic” ,
ambiciosa, amargada, irritable,
fácil, difícil, complicada,
juré olvidarme de todo,
porque nadie, nadie con tanto amor,
necesitaba a su alrededor tanta ambición,
sin embargo, esa ambición, mi ambición,
me hizo crecer a tu lado,
mas no me hizo razonar sobre lo que sucedería,
lo que sucedería si te marchabas de mi lado.

Uno de mis hogares, sin duda es tuyo, mío, nuestro,
pero esta vez, quiero que también tenga verdad,
poesía, el pulitzer, el extranjero, mis defectos, tus defectos,
mis risas y las tuyas, tus besos con los míos,
tus aficiones, tu manías, tu profesión y la mía.

Esta vez, sin dejarme de lado, ni dejarte de lado te confieso,
te confieso que crecer, creer, confiar, cambiar,
soñar, reír, sentir, aceptar, llorar, luchar, triunfar,
ganar, perder y aprender contigo,
es el proceso improbable, pero no utópico
que deseo proponerte,
y que así me disuelvas,
y que así me comprendas,
y que así te sustentes,
y que así me sonrías,
que así mi amor,
te rías cuando el auto esté lleno de periódicos,
y que así me ría cuando llegues a ducharte con ese
olor a tanatorio que desde ya comienza a aterrorizarme.

miércoles, 10 de marzo de 2010

No sé si detenerme o llover


La vida, a veces la vida suele ser una visa directa a un tanatorio vacío,
a una ventanilla indiscreta que conduce hacía la mala ortografía de las promesas;
el amor, a veces el amor es un océano de consultas,
un desaire a toda hora, un algo que no es nada, una nada que lo es todo.

La perfección, pues que puedo decir,
la perfección no existe y, sin embargo, existe;
siempre existe ese momento perfecto que te seca el llanto, y dejas de llover,
dejas de llover como si las despedidas fueran solamente una palabra, un quehacer.

Quisiera sacarle los ojos a la inconformidad,
arrancarle los dientes a la palabrería,
calcinar a los amantes modernos y deshilachar esta indeseable monotonía;
desearía enumerar los sueños y multiplicarles,
captar tus sonrisas y regresarme en el tiempo cada vez que pueda,
cada vez que me lo permitan las heridas y los sucesos.

domingo, 28 de febrero de 2010

Arrebatos del destino


Sabes, ayer tuve uno de esos sueños; uno de esos en los que tú observas más allá, uno de esos en los que yo me dispongo a dibujarnos las sonrisas que nos ha robado la supervivencia, la atrocidad; y la cobardía que nos ha otorgado los espacios vacíos.
La mayoría del tiempo no entiendo porque me hieres, porque te ahuyento; la mayoría del tiempo nos ganan las horas y los padecimientos; la mayoría del tiempo amor, nos gana el tiempo a destiempo.
Intento salvarme de ti, y yo muy en el fondo sé que intentas salvarnos, no estoy muy segura de que, pero según tú, salvarnos.
Te extraño, extraño desesperadamente tus manos, los espacios, la eternidad, la verdad, la inocencia, la vida, te extraño… Te extraño.
Los sueños se me acumulan entre los brazos, la guillotina del desencanto me decapita esta madrugada y tu ausencia es tan cruda, tan despiadada.

domingo, 21 de febrero de 2010

Que te amo y que me amas...


Me marcho de estas tierras injustas,
me arrastro frente a ti y no precisamente porque lo merezcas,
yo entiendo, yo entiendo, yo entiendo, yo nunca te entendí.

Cambié mil veces mi semblante esperando que eso generara alegría
pero simplemente me degeneraba, me engañaba y me cago en tu osadía,
me cago en todos esos instantes de asquerosa cobardía.

Y yo sabía que necesitaba más cariño, más verdad, menos inseguridad,
eras el arma asesina y yo te impulsaba a matar_me_ me_ me_ me.

Tengo tanto de no plasmar, pensaba que era feliz y eso me lo impedía
pero en realidad me estaba ahogando entre flagelos y tantas sonrisas, falsas sonrisas que injustamente me dibujaban atardeceres que siempre fueron el fin de mi mundo inmundo, edificios que ocultaban tugurios, tú y tu agonía, yo y mis simulacros de vida.

Así nos amábamos, sufriendo, dándole cuerda a un maldito reloj de desconcierto,
jugando al escondite siempre y cuando no nos halláramos en ningún momento sin las ropas que nos cubrían de desearnos antes de tiempo o después de tanto tiempo, así éramos, insensibles mientras llorábamos a cantaros mirándonos partir, seres cargados de insalubridad, compartiendo una cama con destreza y conformidad…

Pero te amaba, pero te amo… pero me amabas, pero… me amas.

domingo, 31 de enero de 2010

Lovers


Los pasillos se llenan de amantes modernos,
con todos sus mensajes de texto, con sus besos exhibicionistas,
los pasillos se llenan de amantes modernos,
con sus ganas de nada mas que de provocar emociones dolorosas,
con su intelecto arraigado entre las piernas,
con su su su, su aburrida nada

los amantes a la antigua, conocemos el silencio,
navegamos por océanos que nos enrumban directamente al infierno,
los amantes a la antigua comemos, tragamos y bebemos sueños,
buscamos la fórmula exacta para combatir el entorpecimiento,
los amantes a la antigua sabemos de siniestros,
buscamos amores verdaderos, no nos basta un amor de medio tiempo.