sábado, 18 de septiembre de 2010

Breathe Me...


"Que está creciendo el rio y se desborda del caudal"
Edgar Oceransky.



Cuando las intenciones se agrandan el alma se ensancha,
suelo abandonar la capacidad de reacción cuando me logras descifrar
luego de suponerme sin nada que temer,
suelo abstenerme por no demostrar debilidad, porque no quiero perder.

La tarde es larga, debo admitir que estos brazos se mueren por sujetar
tu espalda,
debo admitir que tu voz penetra las fronteras de este ser y estar,
debo admitir que tu risa se suspende en mi ingrávido caminar.

Yo no creo en eso de regenerar emociones,
te soy sincera, tengo un hoyo inmenso,
tengo una soledad que se aloja sin piedad,
tengo una infancia inconclusa y una adolescencia accidentada,
he tenido mucho en grandes cantidades,
solamente que esas cantidades abruptas nunca,
simplemente nunca han cubierto mis verdaderas necesidades.

Realmente te confieso que estoy más desconectada que nunca,
mis sentimientos no crean comunicación con mi razón,
me dejo llevar, me dejo sentir, me dejo sucumbir,
pero no me dejo lastimar, nunca más.

Mi pretérito completamente imperfecto no sabe muy bien que decir,
mi presente simple sonríe, siempre busca sonreír,
mi futuro me sujeta a un trono de aprendizajes
y aquí estoy, en sitios en donde ya he estado repetidas veces,
tratando de recuperar la ilusión que me robaron,
buscando la forma de formarme.

Tengo una memoria llena de lagunas mentales,
un corazón que intenta mitigar el aparentar,
unas manos siempre sedientas,
una melancolía prevaleciente,
un amor insondable,
una mirada ajustable.

Tengo una reputación dudosa,
un carácter insolente,
una capacidad admirable para ocultarme,
yo no tengo nada, te juro que no tengo absolutamente nada,
pero creo que en ciertas ocasiones puedo ser adorable,
pero estoy segura de que siempre logras disolverme,
siempre, siempre, aunque nadie te haya permitido conmoverme.
.

Fotografía: Carolina Jiménez.