domingo, 13 de febrero de 2011

Comfortable...


No sabría decir de qué color son sus ojos, pero si sé decir que perderse en ellos destruye la insatisfacción, perderse en ellos es algo muy parecido como a desnudar toda aquella fragilidad de la que nunca me gusta hablar.
No sabría decir que tiene su sonrisa, pero estoy completamente segura de que cuando la veo mi rostro me ridiculiza, pero sí, estoy completamente segura de que una de sus carcajadas destruye la desdicha.
Yo no sé que tiene su andar, pero cuando camina delante de mí y se voltea, se me va el aire, el alma y cada una de mis palabras, porque tiene ese algo, ese no se qué, que me hace perder el juicio y me obliga a guardar silencio una y otra vez, porque sé que no soy recomendable, sé que reservarme este disparate que no es un disparate es el mejor de mis detalles.
No sabría explicar muy bien porque siempre me mantuve estoica mientras la vida pasaba y su grandeza también, pero lo hice y ahora tengo menos capacidad para emprender un vuelo perpetuo, porque se me acaban las ilusiones pero parece rescatarme cada vez que le permito aparecer, porque se me acaban las sonrisas pero me roba una que otra mueca sabor a libertad, porque mi vida tiene sabores que no logro degustar, sin embargo, desde que le permito amanecer en mí, tengo la imperiosa necesidad de decir que algo palpita por aquí o por allá, pero algo palpita y no estoy muerta a como una vez sentí. Estoy viva y que hermoso es tenerle cerca de mí.

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Fotografía: Ellen Tamara Durán Wong.

jueves, 10 de febrero de 2011

Compañera…


"Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos"
Nuestro Bene.

Compañera:

Yo no sé si lo ha notado compañera, pero cuando usted camina a mi lado el camino es corto aunque yo desee alargarlo, pero cuando usted sonríe yo sonrío también, porque compañera, usted y yo sabemos que separadas no entendemos la simplicidad de este mundo tan avaro.
Yo no sé si lo ha notado compañera, pero aunque el tiempo entre los mortales se limite, usted y yo somos esa eternidad que aunque a ciertas gentes mortifique, a usted y a mí nos llena de lapsos felices, en los que todo tiene sentido por un momento, aunque sea algo que asimilemos juntas entre tanto amor, aunque entre tanto amor también haya tanto tormento.
Yo le confieso compañera, que si estoy en pie es porque su mano siempre me ha levantado, que si no muero de cansancio es porque usted es el complemento vitamínico para soportar el irónico pasado, y no sujetemos momentos inertes, que usted y yo somos vida y cuando estamos juntas todo evoluciona, todo se convierte.
Y es que compañera, yo fui víctima del amor, de la huida, del desencanto, de la traición, y mientras más sufría usted más me amo, porque mientras yo caía entre soledad, usted vino con esa sonrisa infinita y me sanó entre esas agonías que no me permitían respirar, entre esa soledad que me desahuciaba la pasión, entre esos desaires que usted conoce tan bien como yo, porque usted jamás me abandonó.
Compañera, aquí se viene a morir o a matar, yo cuento con usted cada vez que me maten, porque yo no vine a lastimar, yo vine a dar mi vida a sabiendas de que me volverán a lesionar, usted vino a lo mismo y me basta con su complicidad para querer morir mil y una veces más, al fin de cuentas usted está y que se vaya quien quiera, yo a su lado voy a descansar.
Sepa usted que tengo muchos caminos por recorrer y si me marcho compañera, porque sé que me voy a marchar es simple y sencillamente, porque me marcho a su lado. Es porque mi camino está con usted y el suyo está conmigo, es porque hasta dan ganas de envejecer sabiendo que envejezco dándole mi abrigo.

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Fotografía: Ximena Brenes León.