jueves, 2 de julio de 2015

A pasos y a pesares.


"Her beauty and the moonlight overthrew ya
Oh she tied you to a kitchen chair
She broke your throne and cut your hair
And from your lips she drew Hallelujah"


Podés permitirme emocionarme con esta intempestiva despedida.

Emocionarme y a destiempo por los cráteres, por el insaciable encuentro, por tus pupilas traspasando las mías como el acto más honesto.

Por el shock, por la emergencia, por el tormento.

Emocionarme por esa alegría tuya que desconocía y esta arrebatada pubertad que nos hizo dispararle a la epifanía, a las teorías, al tabú y a la multitud expectante de habladurías.

Emocionarme porque comprobamos lo efímeras que son las almas cuando se encienden las luces, mientras los cuerpos se acribillan a mordiscos y se nublan al instante, a pataleadas desahuciadas.

Emocionarme por todos los pasos que nos hicieron llegar a la desembocadura absurda de un falso padecimiento, provocado por terceros.

Emocionarme insatisfecha por tus pasos manifestándose ante mis silencios. Por la cobardía mutua a la hora de protegernos.

Quisiera llorarte, emocionada y enaltecida por saberte en vida. Por la inútil desgracia que nos concedió nuestra propia sinfonía. Sinfonía que nos respondió absurda y desagradecida.

Emocionarme por entrar en tus brazos, por provocar tus carcajadas matutinas. Por haber alcanzado sin noción la conspiración humana, la belleza y el honor. Y a vista ajena, la inmundicia.

Emocionarme por la inocencia inminente, por el susto, por todo aquello sabido y saboreado, por todas las monedas tiradas al aire, sin suerte.

Emocionarme por  tu mano que inadvertidamente se enredaba con mis labios, por tu estrofa que se fundió salvajemente con mi prosa.

Tenés que permitirme este adiós y este intenso hielo, no te reconozco siendo mortal y no tengo que adaptarme al fallecimiento interno.

Y si me ven con los ojos inundados, no siento vergüenza, porque aún siendo una puta también he sido una dama sin espuela. Porque a mí me duele y te fuiste, pero si no lo hubieras hecho, de pronto sería yo la creadora del crimen.

Tenés que dejarme emocionarme, brindar a tu salud, despreciarte y pasarme de tragos. Dejarme caminar por las avenidas, escribirte quinientos borradores y extrañarte bajo los aguaceros de cualquier capital y en cualquier noche enardecida.

Emocionarme por la decepción, pero a la vez, agradecerle al envejecimiento prematuro. Por haberme concedido la pureza de intentarlo muchas veces por primera vez, por acercarme desarmada a un sitio donde sabía que iba a perder. Por darme la humildad para pedir perdón sin culpa, por hacerme bajar la guardia. Por aprender que no me da igual que te vayás, justo cuando pensé que no me quedaban ganas de luchar. 

Emocionarme por haber sido más amiga que mujer, más amante que infame, más a la antigua para que todo tuviera un poco de poesía, menos contemporánea para que el vino tuviera más encanto que los shots de madrugada.

Emocionarme porque antes de marchar abrí mis cavidades recónditas e inconstantes, para salvarnos, para repetirnos que todo iba a estar bien, porque a la larga lo indispensable era simple y sencillamente adorarnos, perpetuarnos y rescatarnos del naufragio, rescatarnos de este insondable acantilado. 

3 comentarios:

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Me gusta la transposición de pensamientos líricos a lenguaje poético,no importa si verso o prosa. Creo que hay que ganar en vocabulario, pero esto lo da el tiempo y la lectura.
Gracias por su amistad.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Felicidades por la presentación formal de su blog y me gusta cómo lo ha llamado, que se válvula de escape y algo más.
Saludos.

Wílliam Venegas Segura (DW) dijo...

Y ándale con la milonga del mañana...