Tengo todos los recursos necesarios y hasta de sobra, tengo una pluma, un papel y unos nudillos que se revientan desconsolados ante obras inconclusas y mortales que flotan sobre placeres que abruman cada dos madrugadas.
Tengo tanto que contarte, tanto, que necesito que me ayudes a sentir, tanto que de verdad añoro que rías y llores conmigo… pero mi vida anda divagando entre pensamientos arrolladores. La mañana llega y por mas que giran los colores por mis paredes no puedo siquiera plasmarlo, la tarde llega con sus atardeceres embriagantes y yo no hago mas que admirar, suspirar y quedarme callada de brazos cruzados ante el agotado resplandor, la noche llega hermosa y callada con sus grises, con sus lunares y con sus múltiples orgasmos mentales y aqui sigo queriendo tararearle…
Extraño desesperadamente aquellas horas que se hallaban luego de la media noche, aquellas que no tenían ni nombre ni dirección, aquellas que bailaban hasta el amanecer, tan pequeñas, tan dichosas que desembocaban en un océano de arte, entre matices y verdades, entre ausencias y desengaños, entre unos ojos claros y un infarto masivo de felicidad.
Extraño cuando mi vida era un verso, extraño escribirte y que me leas con tanto afecto, te extraño y aun te tengo.
“Quisiera que esta vida fuera en verso, no en prosa”
Tengo tanto que contarte, tanto, que necesito que me ayudes a sentir, tanto que de verdad añoro que rías y llores conmigo… pero mi vida anda divagando entre pensamientos arrolladores. La mañana llega y por mas que giran los colores por mis paredes no puedo siquiera plasmarlo, la tarde llega con sus atardeceres embriagantes y yo no hago mas que admirar, suspirar y quedarme callada de brazos cruzados ante el agotado resplandor, la noche llega hermosa y callada con sus grises, con sus lunares y con sus múltiples orgasmos mentales y aqui sigo queriendo tararearle…
Extraño desesperadamente aquellas horas que se hallaban luego de la media noche, aquellas que no tenían ni nombre ni dirección, aquellas que bailaban hasta el amanecer, tan pequeñas, tan dichosas que desembocaban en un océano de arte, entre matices y verdades, entre ausencias y desengaños, entre unos ojos claros y un infarto masivo de felicidad.
Extraño cuando mi vida era un verso, extraño escribirte y que me leas con tanto afecto, te extraño y aun te tengo.
“Quisiera que esta vida fuera en verso, no en prosa”
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