Los instantes sobran y me esperan, bajo la luz
de una luna que ya yo había visto con ella. Los envolvimientos no planeados, el
“rush” del momento, la incansable ira y estos escapes que emprendo sin previo
aviso al más allá, o en todo caso al más acá de mis adentros.
Soy eternamente fugaz, debiste saberlo. Debiste
analizarlo antes de pedirme una noche adicional. Soy eterna y debiste detenerte
justamente cuando los besos en los párpados se hicieron presentes. Soy fugaz y
no tuviste el valor para expulsarme veinticuatro horas después, y yo, yo
también debí repelerte, hacerlo “bien”.
No todos los cuentos empiezan con el “había una
vez”, este cuento inició con tratos y juramentos incumplidos, con tus manos
irrumpiendo en mis sentidos, cuando todo se hacía suave y despacio, yo era
fugaz y de pronto me tenías eterna bajo unas sábanas que nos desprendían siempre
del remanso, al compás de un contrabando
de emociones sacrificadas ante la madrugada y el fracaso.
No todos los cuentos empiezan con el “había una
vez”, este se manifestó intransigente ante miles de dudas que se ahogaban al
mirarme fijamente, mientras te acariciaba el cabello y te despojaba de las
prendas del desconsuelo, de esos momentos en los que encantarte iba más allá de
buscar atarme o retenerme, sofocarme.
No hay dios que nos salve, no hay reloj de
arena que nos regrese a abril, no hay amnesia recurrente que se nos cuele por
las venas para que la galaxia se resista. No hay fuerzas infrahumanas que nos
expliquen paso a paso como huir, como decirnos “adiós, adiós, partí”.
Los cuentos no rematan con un “final feliz”, no
necesariamente. Este no finaliza, únicamente busca derecha o izquierda, blanco
o negro, norte o sur, este u oeste, decir o no decir, sentir o no sentir, darse
la espalda o mirarse sin fingir.
Solamente queda la vergüenza incandescente que
provoca desistir, porque a final de cuentas no eres tan avara, porque a final
de cuentas no soy tan descifrable. Porque es mejor echarle agua a todo lo que
arde y buscar culpables.
Porque queda la pena de saber que no se ha
hecho más que agregar elementos adicionales, para que no queme tanto la ironía.
Para que yo me despierte tranquila-intranquila, para que a ti se te acumulen
las colillas.
1 comentario:
La intesidad de mujer!!!
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